La idea de tener una sola tarjeta en dos presentaciones nace como una forma de ayudarte a administrar mejor tus consumos.
La tarjeta física es para que pagues presencialmente en cualquier establecimiento afiliado a Visa, mientras que la tarjeta virtual será exclusiva para comprar en línea.
Para la primera, espera una tarjeta con tecnología de pago contactless, que no lleva datos sensibles impresos y que cuenta con un PIN de 4 dígitos para aprobar tus consumos (en lugar de firmar un voucher).
La tarjeta virtual la llevarás siempre contigo en la app y puedes activarla o desactivarla cuando quieras.
Además, esta tarjeta tiene un CVV dinámico, lo que significa que su código de seguridad estará constantemente cambiando. O sea, más seguro, imposible.